Conflicto interno
Tenía menos de diez años, no recuerdo bien la edad, lo que si recuerdo bien es aquél día en el que ese sentimiento me embargó por primera vez. Iba en el asiento de atrás, apoyada en mis rodillas y mirando el camino que íbamos dejando, cuando empecé a pensar en la muerte. No en la muerte como aquel personaje con manto negro y arma filoza, sino en aquellos sentimientos que están asociados a la misma; la tristeza, el pesar y el momento amargo que tienen que afrontar las personas allegadas al que fallece. Inmediatamente me puse en esos zapatos e imaginé como sería perder a un ser cercano a mi. Pensé en mis padres e inclusive en mi propia muerte; lo que experimenté no lo sé describir, sólo se que implica un cambio de estado en el corazón y las tripas.
Desde ese entonces, he tenido ese pensamiento varias veces en mi vida y he luchado contra el, sin resultado alguno. Por culpa de esos pensamientos, le tengo miedo a las carreteras en la noche, a un posible tsunami o terremoto, a los aviones y hasta me he prohibido a mí misma ver películas de catástrofes.
En estos últimos días, particularmente en las noches, me ha invadido nuevamente. ¿Las culpables? Las noticias. Lo que leo en los periódicos y lo que veo en televisión no son más que sucesos preocupantes y mortificantes, en su mayoría, muertes de un ser humano a manos de otro.
Espero encontrar cura para este mal sin sentido, a este martirio interno, que me agobia especialmente en los días mas tristes.
Mr.Pichon
octubre 7, 2007 at 9:54 pmyo particularmente sufro de eso tambn…es raro…por eso no me gusta estar solo por mas d 1 dia…me vienen cosas raras a la cabeza…me gusta saber q no estoy solo con ese tipo d ideas raras q me vienen, o bueno, nos vienen.