Bienestar

¿CONOCES EL PODER DEL LENGUAJE POSITIVO?

Nunca me he considerado una persona negativa, pero he estado en ambos lados. En algún momento de mi vida he sido de las que de todo se queja y también (creo que la mayoría del tiempo) de las que prefiere no emitir juicio negativo porque sabe que lo que declara con su boca, puede definir su realidad.

Prefiero esto último, pues al seguirle la corriente a la queja solo conseguí estar triste la mayoría del tiempo, haciendo inconscientemente a otros, responsables de mi situación, lo cual se define claramente como VICTIMIZACIÓN.

Me quejaba del lugar donde trabajaba, de la cantidad de trabajo, de mi crianza, de mis circunstancias, que yo pensaba que eran malas, pero no era así; escuchaba lo malo que los demás decían sobre determinada situación, sobre determinado lugar y me lo creía y les seguía el juego. Todo esto hasta que me di cuenta de que yo misma era responsable si no avanzaba ni me movía de lugar, de que lo que vivía era fruto de mis propias decisiones y que si no me gustaba algo, estaba solo en mis manos cambiarlo. Puede sonar a cliché, pero dejar de echarles la culpa a los demás, puede ser muy liberador.

Al estar en los dos lados de la balanza he podido apreciar cómo puede afectarnos la forma en que nos expresamos, decir constantemente “tengo muchas deudas” puede mantenernos por mucho tiempo pagando a bancos y prestamistas, “es que soy pobre” nos crea una mentalidad de escasez,  “es que no hay trabajo”, nos puede dificultar encontrar un empleo, “todos los hombres son iguales” hace que nos la pasemos eligiendo mal a nuestra pareja. Entonces, hay que cambiar el interruptor. Alguien me enseñó, por ejemplo, a no decir que tengo deudas, porque el cerebro graba la última palabra de una oración y si esta no es positiva, pues eso se nos quedará, es decir que lo que tengo son cuentas por pagar.

Siempre he escuchado a mucha gente diciendo que las empresas no contratan personal en diciembre, pero en mi último empleo entré a trabajar un día 4 de ese mismo mes, por eso sé que esta premisa no es cierta, como también hay muchas otras cosas que prefiero comprobar por mí misma. Con esto he dejado el hábito de repetir lo que dicen los demás si no ha sido visto por mis propios ojos o escuchado por mis oídos y ya no dejo de ver una película o una serie porque alguien diga que no es buena, pienso que cada quién tiene sus gustos y sus preferencias y lo que a ti no te hace gracia, a mi podría encantarme.

Y si bien yo no tengo hábitos religiosos, he aprendido sobre el poder del YO SOY, es decir que al cambiar las palabras negativas por positivas y repetirlas constantemente o hasta tener estas palabras en un lugar visible, atraigo mejores cosas a mi vida, por ejemplo:

YO SOY SALUD

YO SOY PROSPERIDAD

YO SOY ALEGRÍA

YO SOY ABUNDANCIA

Yo te invito a que te fijes en lo que sale de tu boca y analices si te estás yendo por el camino del positivismo o de la negatividad y si es este último, que empieces a hacer el cambio a un lenguaje agradable a tus oídos y al de los que te rodean, que evites a aquellas personas cuyo lenguaje es el lamento y te prometo que muchas cosas cambiarán a tu alrededor.

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