Si expreso mis alegrias, miedos, gustos, tristezas, desavenencias y experiencias, ¿Por qué callar cuando me siento linda? ¡Hoy, yo me siento linda! ¿Qué hay de malo en expresarlo? ¿Qué hay de malo en decir: «¡Qué bien me quedan estos pantalones!»? ¿Qué hay de malo en decir: «Yo soy una toleta» cuando hago algo bien? ¿Qué hay de malo en decir que tengo lindas piernas, bonito cabello, lindo cuerpo, abdominales definidos o bonitas manos? ¿Qué hay de malo en quererse? ¿Por qué nos reprimimos?  ...

Refiriéndose a tomar riesgos, mi papá dice que «el que no se tira, se jondéa», pero hay veces en las que yo sinceramente no se, si «jondearme» o quedarme a vegetar.

Nunca me han gustado mucho las despedidas. La primer vez que recuerdo haberme separado de mi mamá, estábamos en el aeropuerto, ella haría haría un viaje de unos días, pero aún recuerdo el sabor amargo de aquella separación. ¡Ay que lloriqueo, que sentimiento más fuerte, que desaliento, que dolor!, era de entenderse, yo era una niña. Pero ¿Y que pasa ahora?, ya no soy aquella niña y las despedidas aún son terribles para mí. En mi último viaje de 2 SEMANAS, el que me miraba en el aeropuerto,  ...